Los problemas de salud mental tienen un impacto directo en los lugares de trabajo al incrementar el ausentismo, aminorar la productividad y agravar los costos de la atención médica. Sin embargo, el estigma y la falta de concienciación sobre la salud mental siguen siendo obstáculos para abordarla en el lugar de trabajo.
La OMS nos indica que los entornos de trabajo seguros y saludables, no tan sólo son un derecho fundamental, sino que pueden actuar como un factor protector para la salud mental, además de minimizar la tensión y los conflictos en ese ámbito y mejorar la fidelización del personal, así como el rendimiento y la productividad laborales.