Los profesionales, que serán contratados por las entidades beneficiarias, deberán promover el desarrollo local, potenciando la explotación y el aprovechamiento de los recursos endógenos en el ámbito rural, tales como recursos forestales, artesanales, turísticos o culturales. Así mismo, deberán promover el empleo mediante la prospección empresarial y el impulso de actividades que contribuyan a generar dinamismo económico y social en el entorno.